NOTICIA REPORTAJEADA
Este próximo domingo a las dos de la madrugada serán las tres (a la una, serán las dos en Canarias). Así se prescribe en la Orden PCM/186/2022, de 11 de marzo, por la que se publica el calendario del período de la hora de verano correspondiente a los años 2022 a 2026. Esta normativa está en línea con directrices europeas (Directiva 2000/84/CE) y en España, con el Real Decreto (RD) publicado en 2002. Dicho RD instauró un régimen de cambio de hora con vigencia indefinida estableciendo que las fechas del cambio de hora se publicarían por Orden del Ministro de Presidencia de manera quinquenal.
En este RD además, se expone que este cambio tendrá lugar desde el último domingo de marzo hasta el último de octubre: "el período de la hora de verano comenzará el último domingo de marzo de cada año [...], momento en el que la hora oficial española se adelantará sesenta minutos y, por tanto, ese día tendrá una duración oficial de veintitrés horas".
En la Orden publicada el pasado 11 de marzo de 2022, se recoge, además, que a pesar del debate que ha habido en los últimos años sobre si continuar o no cambiando la hora, por el momento: "la Comisión de expertos concluyó, por un lado, que no era aconsejable producir ningún cambio precipitado en los husos horarios mientras no existiese un consenso compartido y una difusión práctica a la ciudadanía de los riesgos y oportunidades que comporta [...]".
De hecho, en 2018, hubo una propuesta de la Directiva del Parlamento europeo y del Consejo para eliminar los cambios estacionales y derogar la Directiva 2000/84/CE (Bruselas, 12-9-2018) que hasta el momento, no ha sido adoptada.
Desde la Comisión Europea se han llevado a cabo estudios y revisiones en los últimos años para constatar qué tipo de beneficios y riesgos puede entrañar el cambio de hora. Incluso en los últimos años se ha abierto la posibilidad de que la ciudadanía europea opine y participe en encuestas relacionadas con este cambio de hora -en 2018 se llevó a cabo una consulta pública del 4 de julio al 16 de agosto-. Según esta encuesta, se recibieron cerca de 4´6 millones de respuestas. Aunque con resultados diferentes en los porcentajes de los distintos países de la UE, los datos concluyeron que de manera general, el 84% de los encuestados estaba a favor de eliminar el cambio de hora bianual y el 16%, a favor de mantenerlo. No obstante, países como Chipre y Grecia votaron en su mayoría por mantener este cambio y en Malta las respuestas estuvieron divididas aproximadamente al cincuenta por ciento a favor y en contra. En cuanto a Finlandia, ha pedido terminar con el cambio de hora semestral y Lituania ha solicitado que se revise dicho cambio y se tengan en cuenta las diferencias regionales y geográficas.
Así, se ha venido barajando una doble posibilidad: mantener las disposiciones sobre la hora de verano en la UE tal y como se estableció en la Directiva 2000/84/CE)-la que por el momento sigue vigente- o: "poner fin a los actuales cambios de hora semestrales en todos los Estados miembros y prohibir los cambios periódicos". Se aclara, desde la Comisión Europea, que los horarios europeos están establecidos en tres husos horarios diferentes y, el hecho de prohibir el cambio de hora no afectaría a la posibilidad de elegir uno de los tres husos horarios. Esto es competencia y por tanto decisión de cada Estado.
"En la actualidad, los Estados miembros de la UE se extienden por tres husos horarios: hora de Europa occidental (UTC), hora de Europa central (UTC +1) y hora de Europa oriental (UTC+2). En ocho Estados miembros de la Unión, la hora oficial es UTC+2: Bulgaria, Chipre, Estonia, Finlandia, Grecia, Letonia, Lituania y Rumanía. En 17 Estados miembros, la hora oficial es UTC+1: Alemania, Austria, Bélgica, Chequia, Croacia, Dinamarca, Eslovenia, España, Francia, Hungría, Italia, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, República Eslovaca y Suecia. Tres Estados miembros aplican la hora UTC: Irlanda, Portugal y Reino Unido. El huso horario se determina en relación con la hora UTC (Tiempo Universal Coordinado), coincidente con la hora GMT (Greenwich Mean Time)".
(Fuente de la información/párrafo: web oficial de la UE)
Mapa mundial de husos horarios
Fotografía de Pablo C.M. (10-10-10) con licencia CC BY-NC recuperada de:
https://www.flickr.com/photos/metropolis_pcm/5066307924
Fuente imagen:
Museo Virtual de la Ciencia del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), museovirtual.csic.es
Recuperada de: https://museovirtual.csic.es/salas/universo/astro3.htm
*Sobre licencia y condiciones del uso de contenidos de esta fuente se expone que "se autoriza el uso de los textos y el material gráfico del Museo Virtual de la Ciencia únicamente con fines didácticos o divulgativos y citando siempre la fuente (Museo Virtual de la Ciencia del CSIC)".
Paralelos y paralelo 0º (ecuador)
Fuente imagen:
Museo Virtual de la Ciencia del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), museovirtual.csic.es
Recuperada de: https://museovirtual.csic.es/salas/universo/astro3.htm
*Sobre licencia y condiciones del uso de contenidos de esta fuente se expone que "se autoriza el uso de los textos y el material gráfico del Museo Virtual de la Ciencia únicamente con fines didácticos o divulgativos y citando siempre la fuente (Museo Virtual de la Ciencia del CSIC)".
Beneficios y riesgos del cambio de hora
Según las conclusiones de los diversos estudios llevados a cabo desde la Comisión Europea (disponibles para su consulta en web oficial de la UE) se deduce lo siguiente:
- Tener horarios descoordinados entre los Estados miembro iría en detrimento del mercado interior y supondría también trabas para el transporte, los viajes y las comunicaciones.
- A pesar de que el ahorro energético ha sido argumentado como uno de los principales motivos por los que mantener este cambio de hora, los resultados expuestos según esta Comisión, demuestran que el ahorro energético es mínimo, marginal y, además, depende de la localización geográfica. En este sentido, es preciso tener en cuenta que la luz diurna varía en función de los países de la UE (y su latitud). En el caso de países septentrionales, esto es, situados más al norte, sus inviernos tienen pocas horas de luz y en verano sus días son largos, es decir, experimentan grandes variaciones a lo largo del año. Sin embargo, en los países situados más al sur, el número de horas de luz y oscuridad oscila mucho menos-en el ecuador, paralelo 0º coincidente con la mitad de la Tierra, no hay variación en el número de horas de día/noche a lo largo del año-. En este sentido, el astrónomo del Observatorio Astronómico Nacional Pere Planesas en el artículo “La hora oficial en España y sus cambios” (2013) expone que el cambio de hora para latitudes muy altas o muy bajas no tiene sentido y sitúa el rango de latitudes para las que sí tiene sentido el cambio de hora, según su visión "astronómica", entre 26º y 62º.
- En cuanto a la seguridad vial, se recoge que hay resultados poco concluyentes, siendo además complejo determinar la relación causa-efecto entre las horas de luz-oscuridad y el número de accidentes.
- En cuanto a la salud de las personas, también existen diferentes resultados que por el momento no resultan concluyentes. Por un lado, se dice que el hecho de llevar a cabo el cambio de hora puede tener un efecto positivo en tanto en cuanto favorece e incrementa las actividades de ocio en el exterior. Sin embargo, otros estudios apuntan que tiene efectos negativos en los ritmos biológicos. Aunque esto último parece también depender de diversos aspectos, habiendo personas que se adaptan mejor y más rápido a los cambios de hora que otras. Un estudio realizado por varios investigadores ya a principios del s.XXI titulado "El cambio de horario y la salud", analizaba estos aspectos. Dicho artículo científico habla de los ciclos fisiológicos, emocionales e intelectuales. En este sentido, se habla de que hay personas que rinden mejor a primera hora del día denominadas "alondras" y otras de noche, a quienes se les llama "búhos" (Collado-Ardón y col., 2001 p.216). Los investigadores también explican cómo los ritmos circadianos (ritmos biológicos internos)-regulados por la zona del cerebro llamada núcleo supraquiasmático- van cambiando en función de la edad y también de las actividades que cada persona realice. Así, estos "relojes" mediante las secreciones hormonales regulan ciclos relacionados con el sueño-vigilia, la alimentación, la reproducción y menstruación, etc.
- En cuanto a los efectos en la ganadería y la agricultura, parece que por un lado, se ha mostrado preocupación porque influyese dicho cambio de hora en los biorritmos de los animales-y de esta manera en el ordeño y la alimentación-, pero la iluminación artificial y la tecnología de automatización parece solventar estos posibles desfases. Por otro lado, para la agricultura se recogen algunas ventajas, como que el hecho de aumentar las horas de luz a última hora de la tarde, permite también incrementar el tiempo dedicado a la labranza y recolección.
Luego a la luz de lo recogido por la Comisión Europea, aún no existe consenso claro y tampoco unos resultados concluyentes que permitan tomar una decisión unánime.
Por el momento, el domingo seguiremos cambiando los relojes con posibles ventajas e inconvenientes que eso pueda tener. Y parece que el futuro está abierto a nuevos estudios, conclusiones, revisiones y cambios. Como la vida misma.
Un poco de historia
Para poder cambiar una hora oficial, primero hubo que llegar a establecer una hora oficial convencional. Y esto también fue fruto de un proceso lento y complejo en el que se implicaron los distintos países hasta llegar a un consenso.
Actualmente, en el capítulo tres del Título VIII: “De la Organización Territorial del Estado” de la Constitución española, artículo 149, se recogen diferentes materias sobre las que el Estado tiene competencia, entre ellas: “la determinación de la hora oficial”.
Sin embargo, la intervención del Estado y de la Administración Pública en el establecimiento de la hora (legal)-aunque existen matices entre hora oficial, civil, legal, aquí se emplearán como sinónimos- se produce a finales del s.XIX y principios del s.XX. Así lo recoge el profesor contratado Doctor de Derecho Administrativo en la Universidad Carlos III Manuel Miguel Gámez Mejías en la Revista de Administración Pública, núm.177 (2008). Hasta entonces, apunta que cada región se guiaba por la hora local fijada en función de la hora solar-es decir, por el movimiento del sol, considerando que cuando estaba en lo más alto en cada región era la hora de mediodía-. Al establecimiento de una hora común (legal) contribuyeron factores como el desarrollo del ferrocarril a finales del s.XIX que requerían de alguna manera fijar estos horarios comunes (Gámez Mejías, 2008, p.379) para las entradas y salidas de los mismos. También menciona el autor el desarrollo de las comunicaciones y del telégrafo como factor que requería estandarización o unificación horaria (s.XIX). Además, en este mismo artículo se cuenta cómo mucho antes de tomar como referencia el meridiano de Greenwich, se utilizaban meridianos nacionales. En línea con esto, en el diario ABC en la noticia "La Nochevieja que se igualó la hora en toda España" (por Almudena Martínez, 27/12/2020) se cuenta que hasta el 1 de enero de 1901, momento en que se iguala la hora en todo el territorio-mediante RD-, en nuestro país nos guiábamos por el meridiano de Madrid (catorce minutos y cuarenta y un segundos por delante del de Greenwich). Con el fin de armonizar los horarios con países del entorno-como Francia y Portugal- esa Nochevieja hubo que retrasar los relojes quince minutos. Antes de llegar a la hora legal por tanto, en un mismo país existían distintas horas, de forma que hasta 1901 entre La Coruña y las Islas Baleares había cincuenta minutos de diferencia (fuente: ABC).
El meridiano de Greenwich se venía utilizando ya en el Imperio británico-donde el ferrocarril y las comunicaciones estaban en pleno desarrollo en el s.XIX y el uso de la hora local empezó a causar inconvenientes- y en EEUU. Pero fue en 1884 en la Conferencia Internacional del primer meridiano celebrada en Washington, cuando se sentaron las bases para extender a todo el mundo el meridiano de Greenwich como meridiano de referencia y origen de la longitud geográfica. Esto implicaba tomar como referencia la hora solar media del meridiano de Greenwich (GMT: Greenwich Mean Time) con un formato de 0 a 24 horas. Planesas (2013) aclara en su artículo que esta adopción se realizará de forma paulatina a lo largo de casi un siglo por los veinticinco países asistentes a la Conferencia (entre los que se encontraba España). Posteriormente, este consenso influiría también en los mapas marinos, en los que se empezaría a representar el meridiano de Greenwich en la cartografía.
Real Observatorio de Greenwich (Londres)
Autor de la fotografía: Simdaperce (julio de 2008) Licencia CCO-BY-SA
Recuperada de: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Londres_398..jpg
Este Observatorio Astronómico fue fundado en el s. XVII por orden del rey Carlos II de Inglaterra. Situado sobre una colina, actualmente, el edificio se mantiene como museo.
Este edificio histórico es el centro por el que pasa el meridiano de Greenwich.
De hecho, en el patio del edificio se encuentra la línea 0º que divide el territorio en este y oeste.
Como curiosidad, en el diario Libertad Digital y la noticia "El meridiano de Greenwich está a 102 metros de donde debería estar" (por Aurora Ferrer, 14/8/15) se aclara que con el desarrollo de tecnologías más precisas y modernas se ha podido constatar que hubo una ligera desviación a la hora de realizar la medición y determinar el meridiano. De esta forma, gracias a los sistemas de geolocalización actuales (GPS) se ha podido corroborar que el meridiano cero realmente se sitúa a 102 metros de la línea emblemática situada en el suelo.
En cuanto al cambio de hora, en la propuesta de la Directiva del Parlamento europeo y del Consejo para eliminar los cambios estacionales y derogar la Directiva 2000/84/CE (Bruselas, 12-9-2018) se recoge el contexto histórico del mismo. Así, se dice que el cambio de hora de verano se llevó a cabo por primera vez en Francia y Alemania durante la Primera Guerra Mundial con el objetivo de ahorrar carbón, en especial, aquel que se empleaba para la electricidad. Otros países seguirían estos pasos. Planesas (2013) por su parte, recoge que el cambio de hora se llevó por primera vez a cabo por el gobierno alemán y astro-húngaro con el objetivo de mantener las fábricas abiertas una hora más durante los meses de primavera-verano (Planesas, 2013 p.381).
En España, según el autor, se adoptó por primera vez mediante Real Decreto (RD) en 1918. Posteriormente, se oscilará entre años y períodos en los que los países abolieron las disposiciones de cambio de hora y volvieron a reintroducirlo. Según la propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo en el ámbito internacional, el cambio de hora de verano se aplica actualmente en cerca de setenta países, incluyendo Norteamérica y Oceanía. Las disposiciones de la UE sobre este cambio de hora se recogieron por primera vez de forma normativa en 1980, con el fin de apostar por un enfoque armonizado de los horarios entre los distintos países. Desde 2001, este cambio es obligatorio para todos los países miembros, teniendo competencia cada Estado Miembro de adoptar la hora oficial en base a uno de los tres husos horarios en que se agrupa el continente europeo-ya mencionados anteriormente-.
No obstante, un siglo después desde la primera vez que comenzó a implantarse este cambio de hora, de nuevo el asunto está abierto al debate.
Si en un futuro el cambio (o no cambio) es para bien, la hora siempre es buena.