Entrevista en profundidad con Miguel Ángel Martínez-González, médico de Salud Pública y epidemiólogo
Fotografía cortesía de Miguel Ángel Martínez-González |
Prevenir antes que curar
¿Cuáles son los principales factores de riesgo en el
desarrollo de enfermedades crónicas?
El
tabaco es el más importante porque sigue siendo frecuente y su efecto es muy
fuerte.
Después, hay que afrontar la obesidad y la sobrealimentación que es lo que hay detrás de
tanta hipertensión e hipercolesterolemia. A esto se suma el sedentarismo y la
falta de actividad física.
Estos
son los factores más importantes y condicionan la aparición de enfermedades
cardiovasculares, de diabetes y de los cánceres que más están aumentando.
"Los factores de riesgo más importantes y que condicionan la aparición de enfermedades cardiovasculares, diabetes y de los cánceres que más están aumentando son el tabaco, la obesidad y la sobrealimentación. A esto se suma el sedentarismo".
Dr. Miguel Ángel Martínez-González
¿Cuáles son los
principales cánceres asociados a la obesidad? ¿Qué otras enfermedades se
asocian directamente a la misma?
Puedes encontrarlos en esta infografía.
Los
más frecuentes y trascedentes son el colorrectal y el de mama posmenopáusico.
En Salud a ciencia cierta (2018) apunta que se ha concluido en estudios que solo cinco de cada cien personas que han sufrido un infarto de miocardio tenían una predisposición genética: ¿Somos verdaderamente conscientes de todo lo que podemos hacer por nuestra salud solo con el estilo de vida adecuado?
No,
lamentablemente no lo somos. Por eso escribo estos libros.
Aunque ha hablado de la obesidad
y la diabetes como las pandemias del s.XXI, la buena noticia, dice, es que son
prevenibles: ¿Qué hábitos se ha demostrado claramente que pueden
prevenir estas enfermedades?
Los hábitos que he mencionado antes: evitar el tabaco, el sobrepeso, la sobrealimentación, los patrones alimentarios de tipo comida basura y las bebidas azucaradas, el sedentarismo, las drogas, las hormonas exógenas, la falta de sueño y el estrés.
Hace años que la OMS describe la salud como un estado de bienestar físico, mental y social y no solo como la ausencia de enfermedad (1948). En su último libro, revisa otras definiciones más actuales y apunta que la definición de la OMS es difícil de cuantificar. Como epidemiólogo: ¿Qué significa estar sano/a, cómo definiría la salud?
Actualmente, creo que hay que plantearse cambiar esa definición. Hay que ir más allá de lo que supone sentirse bien. Las definiciones de algunos autores más recientes incluyen el propósito en la vida a largo plazo, las buenas relaciones interpersonales de alta calidad, la capacidad de resistir a las presiones del ambiente, el esfuerzo por llegar a ser la mejor versión de uno mismo, la aceptación de las propias limitaciones, el empeño por buscar el bien en todas las circunstancias aunque sea arduo, etc. Me estoy refiriendo a Carol Ryff y Tyler Vanderweele, de los que hablo en mis libros.
En cuanto a la alimentación, ha
hablado en alguna ocasión de que la nutrición es como una orquesta donde todo
tiene que estar afinado y lo importante, más que el nutricionismo, es el patrón
alimentario: ¿Qué es el patrón alimentario?
Se
entiende por patrón alimentario el conjunto de los diversos alimentos que se
consumen en cuanto a su tamaño de ración, frecuencia y la combinación entre
ellos. Lógicamente, se incluyen también las bebidas.
¿De qué manera algunas industrias inducen al error vendiendo superalimentos o bondades casi milagrosas de un alimento?
Hablar
de "superalimentos" es un concepto que tiene su base en intereses
comerciales más que en realidades científicas. Es muy difícil que
científicamente sea admisible que se le achaquen beneficios casi mágicos a un
solo alimento que proporciona un porcentaje habitualmente muy bajo de las
calorías totales. Esto es muy poco plausible desde el punto de vista biológico.
En Salud a ciencia cierta
(2018) da también un dato muy preocupante, el consumo mundial de azúcar se ha
triplicado en los últimos cincuenta años: ¿Es clara la evidencia científica entre el
crecimiento del consumo de azúcar y el desarrollo de algunas enfermedades?
No
hay dudas. El alto consumo de azúcares añadidos, especialmente en forma de
bebidas azucaradas, ha condicionado de manera decisiva la pandemia de obesidad
sin precedentes que está experimentando la humanidad. Esta abundancia de
azúcares añadidos se ha debido a intereses comerciales y parece que ahora la única
solución son otros intereses comerciales de dar alguna medicación que
contrarreste ese exceso de tejido adiposo que se ha acumulado en gran parte de
la humanidad. Se desarrolló el problema gracias a unos intereses comerciales y se
pretende que lo solucionemos favoreciendo otros. Lo lógico sería aplicar la
medicina preventiva y decir dos palabras: comer menos.
"El alto consumo de azúcares añadidos, especialmente en forma de bebidas azucaradas, ha condicionado de manera decisiva la pandemia de obesidad sin precedentes que está experimentando la humanidad"
Dr. Miguel Ángel Martínez-González
La OMS recomienda reducir el
consumo de azúcar a menos del 10% de la ingesta total y mejor si es a menos del
5% (equivalente a 25 gramos al día o 6 cucharadillas de café) para un
adulto con índice de masa corporal normal: ¿Qué le parece esta recomendación en
relación con la prevención?
Ojalá
se siguiese esa recomendación, así se conseguiría muchísimo bien en medicina
preventiva.
Dados los problemas que acarrea
este consumo de azúcar, conviene aprender a
leer los ingredientes: ¿Cuáles son las nociones básicas que debemos tener en
cuenta a la hora de leer los ingredientes?
Sería muy difícil resumirlo aquí, recomiendo que la lectura del libro ¿Qué comes? donde damos muchas instrucciones muy concretas.
Recoge además que se prevé que las cifras de diabetes y obesidad aumenten para el 2030. Habla de que en torno al 60% de la población mundial y el 80% de la
española, tendrá sobrepeso u obesidad: ¿Hay esperanza para frenar ese porcentaje estos próximos
ocho años? ¿Cree que aún podemos revertir esa cifra?
Pienso
que es imposible revertir esas cifras a no ser que se tomen medidas
verdaderamente radicales. Lo que se está haciendo hasta ahora no ha sido
suficientemente radical. Por ejemplo, recomendar más de cuatro comidas al día
como un mantra para adelgazar. Esto tendría que ser algo mucho más
personalizado y en una gran mayoría de personas con obesidad lo que habría que
decirles es que hagan una sola comida al día, si acaso acompañada de una
pequeña colación en el desayuno. Así sí que se reduce la ingesta de calorías
totales. Con paños calientes se ha conseguido muy poco.
Usted ha apuntado que los riesgos ya se constatan por debajo del sobrepeso (índice de masa corporal: IMC igual o superior a 25)...
Pero hay tres excusas que comenta que
están extendidas entre la gente para justificar que no se está en “el peso preventivo”: ¿Podría enumerarlas y explicarlas brevemente?
Las tres excusas son el metabolismo, la edad y la constitución.
La primera podría parecer que está en relación con la genética, pero la genética explica una parte muy pequeña de la variación en la adiposidad.
La segunda es un mito de pensar que con la edad uno necesariamente tiene que engordar y eso no es verdad.
La tercera es pensar que uno tiene más peso pero que es un peso de los músculos no de la grasa y debería demostrarlo haciendo realmente proezas en ejercicio físico.
Puede continuar leyendo la siguiente parte de la entrevista a continuación: