El lobo ibérico ha sido muy perseguido a lo largo de la historia y, aunque desde los años 70 se aprecia un cambio en materia legislativa y en la conciencia hacia la protección de este animal, de vez en cuando surgen "las lobadas" o ataques masivos al ganado que recuerdan la necesidad de buscar soluciones integrales y civilizadas
En el cierre de un discurso de ya hace veinte años para el ingreso en la Real Academia de Ciencias Veterinarias de Andalucía Oriental sobre "El lobo y la ganadería" (pdf, 2003), el investigador y doctor en Biología de la Universidad de Jaén, Joaquín María Muñoz-Cobo Rosales, explicitaba cuál era su mensaje:
"Tratar de conservar una parte integrante de nuestro patrimonio natural, que es el lobo, haciéndolo compatible con ese otro patrimonio económico, cultural y también natural que es la ganadería. Para ello, es necesario mantener equilibrio y moderación" (Muñoz Cobo, 2003)
A lo largo del artículo científico alusivo a dicho discurso, se recoge información exhaustiva sobre este ser vivo: organización en manadas con macho dominante y hembra dominante que solo pueden parir una vez al año (y por lo general, solo una hembra de la manada pare en cada temporada), alimentación (sobre todo grandes y medianos mamíferos, pues su dieta es principalmente carnívora), distribución, etc. Pero también se incluye una revisión sobre los daños al ganado: cómo estos se acentúan cuando el ganado está en libertad sin vallado y sin perros como los mastines o ganaderos/as que los custodien, o también porque en ciertas zonas escasean mamíferos como los ciervos que están entre "el primer plato". Además, recordaba a los investigadores que de vez en cuando se producen "lobadas", ataques masivos generalmente a ovejas (y de noche que es cuando suelen hacer vida).
Autor: Experticsea (14/06/22). Imagen con licencia CCO-BY-SA. Recuperada el 13/10/23 de: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Resumen_3_Lecci%C3%B3n_2_-_r2.png |
Respecto a estas medidas de prevención que se pueden aplicar (cercado, utilización de mastines, etc) el presidente de ASAJA-Ávila (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores que se define en su página web como independiente de poderes políticos y económicos), Joaquín Antonio Pino, en un debate para RTVE sobre el lobo ibérico (9/06/22), exponía que no siempre eran efectivas, pues habían probado este tipo de sistemas de prevención en Ávila y Salamanca sin éxito.
Volviendo al discurso de Muñoz-Molina, otro de los puntos importantes es la alusión a la diversidad de voces y perspectivas que surgen en torno al lobo: desde sectores como el de la ganadería hasta organizaciones ecologistas y/o conservacionistas. También apuntaba las discrepancias que podían surgir entre la visión romántica de la población que vive en la urbe y la visión del mundo rural donde la ganadería da de comer.
No obstante, tampoco parece cierto que esto sea cuestión de dicotomías: ganaderos-no ganaderos, población urbana-rural. De hecho, entre el sector ganadero, también hay quien dice "al lobo sí", pero con regulación y buena gestión (en el debate de RTVE citado puede verse alguna de estas posturas). La realidad es plural (no en el significante, pero sí en el significado).
Imagen con licencia CCO-BY-SA. Autor: Carmelo Peciña (13/12/15). Descripción: La Cañeda Real, el lobo ibérico. Recuperada el 13/10/23 de: 13-12-2015,-La-Cañada-Real-33-Lobo-ibérico-Web | Carmelo Peciña | Flickr |
En cuanto a la regulación, Muñoz Cobo realiza de forma rigurosa y detallada un recorrido por las distintas normativas en torno al lobo: a lo largo de la historia han oscilado entre apoyar incentivos por eliminarlos hasta leyes que velan por la protección y la conservación, al mismo tiempo que pretenden prevenir daños e incorporar indemnizaciones por los mismos. A todo ello hay que añadir las diferencias que se han dado entre las comunidades autónomas con competencia en la materia.
Por otro lado, otros investigadores/as apuntan la necesidad de ser rigurosos con los datos ofrecidos cuando se habla de daños al ganado. Así, en el artículo "El lobo vuelve a Cataluña" (pdf, 2011) realizado por varios biólogos/as, recogen que en una de sus investigaciones en 2005 en el Parque Natural del Cadí en Cataluña y sus sierras limítrofes, se produjeron quince ataques, de los cuales ocho fueron protagonizados por perros (hiriendo o matando ciento ochenta y un ovejas) y siete por lobos (atacando a catorce reses)- no obstante, se requerirían otros datos estadísticos para tener una visión más completa-.
La distribución del lobo ibérico se ha ido reduciendo en la península
En cuanto a la densidad y distribución, estas han ido variando a lo largo de la historia. En la fuente mencionada al principio, se apunta que en el pasado este animal se extendía por casi toda Europa, Asia y América del Norte (Muñoz Cobo, p.71, 2003) y fue en los años 70 cuando se constata el mínimo número histórico a nivel mundial, recuperándose entre los 60-70, cuando el ser humano comienza a ser más respetuoso con el lobo y disminuye la persecución. De hecho, es en 1973 cuando, según cuenta este biólogo en el documento, se hace patente la conservación del lobo a nivel mundial: "con el Grupo de Especialistas del Lobo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que en 1973 redactó en Estocolmo el Manifiesto y Directrices para la Conservación del Lobo".
En la misma línea, en un artículo publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en 2022 se aportan datos de un equipo de investigación liderado por la Estación Biológica de Doñana (EBD) sobre la distribución del lobo ibérico: se estimó que a mediados del s.XIX se podía encontrar en el 65% de la península ibérica en casi todas las provincias (aunque se registraba menor número en terrenos llanos, en zonas más aptas para la agricultura y muy pobladas por el ser humano), lo cual supone tres veces más que la superficie ocupada actualmente (poco más del 30%).
Durante el s.XIX el lobo fue muy perseguido (caza, venenos, cepos...) y a mediados del s.XX se intensificaron las campañas de envenenamiento, así lo afirma un estudio realizado por la Universidad de Oviedo y el CSIC (2022), creándose para ello Juntas Provinciales de Extinción de Animales Dañinos y Protección de la Caza (período 1953-1968).
Desde 2021, el lobo ibérico (canis lupus) no se puede cazar en España (deja así de poder ser especie cinegética), quedando incluido dentro del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE). Así lo indica la Orden TED/980/2021, de 20 de septiembre, por la que se modifica el Anexo del Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas.
Los últimos datos aportados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico sobre el censo del lobo son del período 2012-2014 (se expone en la página del Ministerio que se recomiendan actualizar cada diez años), momento en que se registraron 278 manadas, un poco más que en 2007 cuando se registraron (censo realizado con otra metodología), 250 manadas.
Gráfico de elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Observaciones: en el estudio se detallan dentro del total, algunas manadas exclusivas de comunidades autónomas y otras compartidas. |
En una noticia publicada en la web del Parlamento Europeo en 2020 se informaba de que la pérdida de biodiversidad (especies de animales y plantas en los ecosistemas) cada vez es más rápida debido a la actividad humana. Desde la Comisión Europea se han creado estrategias para proteger los ecosistemas y ayudar a regenerarlos de cara al futuro.
Y es que la biodiversidad o conjunto de seres vivos de la Tierra es necesaria para el equilibrio de todas las formas de vida, y este equilibrio está íntimamente relacionado con la salud global del planeta. Pero, además de conservar la biodiversidad, es importante, según señala otro estudio del CSIC, velar por la diversidad genética de las especies. En este estudio relativamente reciente (18/01/23), los investigadores/as señalan que a pesar de la aparente recuperación del lobo ibérico, se ha perdido variabilidad genética y eso puede afectar a la viabilidad de la población a largo plazo.
Añadido a todo ello, se han publicado estudios científicos en los últimos años en los que se constata una relación entre la pérdida de especies y el aumento de enfermedades (fuente: SINC).
Actualmente, ya está consolidado el término de One Health (visión integral de la salud en el planeta/salud única), esto implica cuidar la salud humana (que también incluye la salud financiera y económica de todos los sectores económicos), pero también la salud animal (entre la que se incluyen lobos y también ganado) y por ende, la medioambiental. La pandemia nos dejó claro esta importancia. El lobo, aunque de otra manera, también nos lo recuerda.
Imagen con licencia CCO-BY 2.0 Deed Autor: Animal Record (28/09/20) Recuperada el 13/10/23 de: https://www.flickr.com/photos/animal_record/50394262536/ |