Lorena Serrano, ginecóloga y autora del libro Conócete bien, cuídate mejor (Planeta, 2023) Fotografía cortesía de la entrevistada |
Lorena Serrano es médica, especialista en Ginecología y Obstetricia, autora del libro Conócete bien, cuídate mejor (Planeta, 2023). Se trata de una guía completa mediante la que nos permite conocer en profundidad el cuerpo femenino, así como las bases de una buena salud ginecológica. Lorena Serrano estudió además un máster en Senología y Patología Mamaria en la Universidad de Barcelona y otro en Nutrición y Salud de la Mujer en la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente, trabaja en el Instituto Catalán de la Salud y pasa también consulta privada en Granollers. Pero además, ejerce una labor divulgativa en su cuenta @hello.gyn, donde podrán seguir más de cerca la información actualizada que aborda sobre su especialidad.
En esta entrevista, hablamos con Lorena Serrano sobre cuestiones tan básicas e importantes como la necesidad de hacerse revisiones regulares, independientemente de la edad o la relevancia de conocer las principales enfermedades de transmisión sexual y cómo prevenirlas. También nos cuenta información sobre conceptos clave en la fertilidad de la mujer como la reserva ovárica y nos ayuda a entender otros que empiezan a sonar con fuerza como la microbiota vaginal. Y como telón de fondo, esta ginecóloga hace hincapié en la relevancia del estilo de vida, un asunto que trata con más profundidad en el último capítulo de su libro titulado: "Mejor prevenir".
¿A qué edad debería una mujer empezar a ir a revisiones ginecológicas si no tiene ninguna patalogía previa y con qué frecuencia?
El mejor momento para acudir a consulta es cuando se inician las relaciones sexuales, ya que es la situación ideal para asesorar sobre métodos anticonceptivos, realizar un despistaje de infecciones de transmisión sexual e informar sobre las mismas. Obviamente, siempre se aconseja acudir antes si aparecen alteraciones ginecológicas. En cuanto a la periodicidad, se recomienda acudir regularmente, cada año o dos años a control, en función de los riesgos o patologías de base de cada paciente, asegurándonos de cumplir con los tempos indicados de las pruebas de cribado (mamografía, citología).
¿Es importante que las personas mayores sigan haciéndose revisiones? ¿Cuáles son los problemas más frecuentes a edades avanzadas?
Siempre es importante cuidar de nuestra salud ginecológica, independientemente de la edad. A medida que envejecemos aumenta el riesgo de sufrir cáncer (de mama, endometrio, ovario) por lo que no debemos olvidarnos de acudir al ginecólogo también en la senectud. Las personas mayores pueden sufrir más problemas de atrofia genital debida a la menopausia, que también pueden condicionar la esfera sexual. También hay riesgo de otros problemas ginecológicos como pólipos uterinos, miomas, incontinencia urinaria o prolapso genital.
Ha escrito este libro con el fin de que conozcamos mejor nuestro cuerpo en torno al cual recoge que circulan mitos, leyendas y surgen muchas dudas que ve en consulta: ¿A qué cree que se debe este desconocimiento?
Todos estos mitos y falsas creencias se han construido alrededor del tabú que hasta la fecha ha supuesto hablar de los problemas ginecológicos, y la base de ello es el desconocimiento sobre cómo funcionan nuestros propios cuerpos, en parte arrastrado por el estigma social y por la falta de visibilización e investigación en el ámbito de la salud de la mujer.
Ha hablado en alguna ocasión de que veces se confunde la amenorrea o falta de regla con el SOP (síndrome de ovario poliquístico): ¿Por qué se da esta confusión?
Uno de los síntomas del SOP es la oligomenorrea, es decir, pocos ciclos menstruales a lo largo del año, algo que puede solaparse con otras causas de que no venga la regla, que es lo que conocemos como amenorrea. Ambas alteraciones se deben a una base hormonal: en el caso de la amenorrea puede deberse a una disrupción del eje hipotálamo-hipófisis-ovario por un déficit energético, por la toma de fármacos, por patologías endocrinas, etc. En el caso del SOP el ovario fabrica más andrógenos de los que debería, lo cual, junto con otras alteraciones, no permite que la ovulación ocurra de forma normal. Sin embargo, el SOP puede ser algo complejo, ya que su etiología es multifactorial e intervienen, además, tanto factores genéticos como el estilo de vida. De forma que como en ambos casos una e las manifestaciones clínicas es la amenorrea, pueden confundirse, aunque gracias a una buena historia clínica y exámenes complementarios como la ecografía ginecológica o la analítica hormonal suele ser fácil diagnosticarlos correctamente.
Comenta en su libro que el 75% de las mujeres vamos a experimentar algún síntoma los días antes de la regla: ¿Cómo puede afectar esto al rendimiento deportivo de las mujeres?
Los niveles hormonales durante el ciclo menstrual fluctúan de forma normal, por ejemplo, tras la ovulación la progesterona aumenta, antes de la regla los niveles de estrógenos y progesterona disminuyen, etc. Esto puede comportar en algunas mujeres ciertos síntomas que interfieran en su actividad deportiva, especialmente en mujeres con alto rendimiento deportivo.
La reserva ovárica de las mujeres va descendiendo con la edad, pero: ¿Podría explicar qué otros factores influyen en dicha reserva y cómo se relaciona esta con la maternidad?
La reserva ovárica es el término que usamos para referirnos al stock de ovocitos inmaduros que quedan en los ovarios y se van perdiendo con los años. Viene determinado genéticamente y es invariable. Es por eso que a medida que envejecemos las posibilidades de una gestación espontánea disminuyen, así como también aumenta el riesgo de cromosomopatías. Esto se debe a que la calidad ovocitaria también es un factor importante a tener en cuenta con el envejecimiento ovárico, y esta sí depende también del estilo de vida que llevemos.
¿Qué riesgos hay para el feto y para la madre el hecho de que la maternidad sea cada vez más tardía?
Con una edad más avanzada el riesgo de complicaciones durante el embarazo también aumenta: mayor tasa de abortos, mayor riesgo de alteraciones cromosómicas como el síndrome de Down, aumenta también el riesgo de que se desarrollen patologías como la diabetes gestacional o la hipertensión. Todo ello conlleva un aumento en la morbimortalidad materna y fetal y mayor riesgo de cesáreas o partos prematuros.
Recoge además en su libro que aunque cada mujer es diferente, la menopausia se relaciona con cuestiones como pérdida de masa ósea, aumento del colesterol… ¿Hay también relación con alteraciones en la microbiota vaginal? En ese caso: ¿Qué recomendaciones se podrían dar para mejorarla en esta etapa?
Así es, la microbiota vaginal es el conjunto de bacterias (lactobacilos) que habitan de manera natural en la vagina y la protegen de las infecciones. Y está íntimamente relacionada con el estatus hormonal, ya que la microbiota se alimenta de los nutrientes que le aporta el microambiente vaginal y esto ocurre gracias a los estrógenos. De forma que cuando entramos en menopausia, hay una depleción o pérdida de los niveles estrogénicos que va a empobrecer la población de lactobacilos aumentando el riesgo de infecciones vaginales y urinarias.
Se trata de un proceso fisiológico asociado al envejecimiento, pero se puede valorar el uso de diferentes tipos de hidratantes vaginales para ayudar a mantener la humedad y en algunos casos estrogénos locales que ayudan mucho a mejorar el microambiente vaginal. También se aconseja algunos suplementos como la D manosa o protoantocianidinas (del arándano rojo) para disminuir el riesgo de infecciones urinarias en las pacientes susceptibles a padecerlas.
Según los últimos datos de julio de 2023 por la OMS, cada día, más de un millón de personas contraen una ITS (infecciones de transmisión sexual), siendo la clamidiosis y la gonorrea las dos con mayor incidencia, afectando tanto a hombres y mujeres. Usted dedica también un capítulo a las ITS: ¿Cuál es el mensaje principal que como ginecóloga cree que hay que lanzar a la población para contrarrestar este aumento o en su caso prevenir dichas ITS?
Lo más importante es tener la información, es decir, conocer que existen, que no son infrecuentes y saber que disponemos de métodos para disminuir el riesgo de transmisión (como es el uso de preservativo o en el caso del virus del papiloma humano, la vacuna). También remarcar la importancia de cortar la cadena de transmisión a través del estudio de contactos y la realización de las pruebas de detección y despistaje. Creo que es necesario no lanzar un mensaje de miedo, porque la mayoría de infecciones no son complicadas y se tratan, sino que hay que ayudar a concienciar sobre la existencia de las mismas y dar las herramientas para ayudar a prevenirlas desde el conocimiento y el autocuidado.
Para terminar, en sus redes sociales (@hello.gyn) divulga constantemente sobre la salud ginecológica de la mujer y, en ocasiones, muestra cuestiones relacionadas con su trabajo: ¿Qué aspecto o aspectos destacaría del mismo?
Es un trabajo muy satisfactorio en general, obviamente nos encontramos de todo en consulta, pero el saber que estás ayudando a las mujeres con sus problemas de salud, que les puedes dar herramientas y darles la información que necesitan para conocer su cuerpo y cuidar su salud ginecológica es una sensación muy agradable.