De entre las diversas explicaciones con gran rigor científico y sustentado por una vasta bibliografía que da Eduardo Vara en su libro Maldito trabajo, sobrevivir a la cultura del sacrificio y repensar la vocación (2024), se pueden destacar algunas líneas. Eduardo Vara es licenciado en Medicina y especialista en Pediatría y en el capítulo nueve de su libro titulado "Invierte en tu futuro, pero... ¿en cuál de todos?" pone ejemplos muy variopintos sobre la vocación y la influencia del ambiente.
Entre ellos se encuentra el caso de la hermana de Wolfgang Amadeus Mozart (Austria, 1756-1791), Maria Anna (Salzburgo, Austria: 1751-1829) que, al haber cumplido la edad para contraer matrimonio, ve en buena parte truncado el desarrollo de su también talento musical. En el artículo "Maria Anna Mozart, la hermana que inspiró a Amadeus" de National Geographic, se realiza un recorrido por su biografía en la que se cuenta que su padre, Leopold Mozart (músico, al igual que su mujer, Anna Maria) también procuró el desarrollo de su habilidad para la música e incluso le dio clases personalmente cuando era una niña. Maria Anna y su hermano llegaron a realizar una gira por Europa juntos impulsada por su padre, hasta que al cumplir los dieciocho este influye en su futuro decidiendo con quién se debía casar...
Vara, en este mismo capítulo, también apunta al origen de la teoría de las diez mil horas, según la cual, bastaría este tiempo para desarrollar un talento, argumentando que existen otros estudios que han tumbado esta idea sin solidez científica y un tanto reduccionista.
Y unas últimas líneas más a destacar de este capítulo: las habilidades blandas o soft skills, según el autor, surgen en la armada estadounidense con cierto aire de adoctrinamiento (Vara, p.126, 2024). Según la RAE adoctrinar es inculcar a alguien determinadas ideas o creencias. Y es que aunque ya está bien extendido incluso en el mundo educativo que es importante conocer el plano emocional y saberlo gestionar, no es menos cierto que surgen tendencias-quién sabe si ligadas al origen del término- que pueden estar efectivamente más cerca del adoctrinamiento que de la educación, como si hubiera unas supuestas técnicas correctas de gestionar el enfado, la duda, el miedo, el estrés...
En relación con lo anterior, también se recogen algunas ideas críticas de este último tema por James Davies, profesor titular de Antropología Social y Psicoterapia en la Universidad de Roehampton en su libro Sedados (2022). La obra se contextualiza en el marco laboral británico en el que se ponen en entredicho los cursos para gestionar las emociones en el ámbito laboral y otras técnicas que supuestamente ayudan a estar mejor, aun cuando el problema en muchos casos es estructural: salarios bajos, trabajo precario, directivos sin escrúpulos, etc. Imagínense el panorama que evocan algunas de sus líneas: aprender a lidiar con el estrés y tomar pastillas indiscriminadamente mientras no se mueve ficha en el lugar donde están las causas del estrés. A todo esto, hay quien gana dinero y vende discursos muy bien "camuflados" que ponen el foco en que lo importante y urgente es la gestión emocional...
En definitiva, dos libros que entre líneas tienen mucho que decir, pero mucho más aún para pensar: ¿será que Maria Anna no descubrió técnicas zen o no existían aún cursos de inteligencia emocional y soft skills que le ayudasen a lidiar con el patriarcado? ¿Qué es peor el propio patriarcado o el adoctrinamiento que hace creer que la solución a todos los problemas está en una falta individual de gestión emocional?