Recientemente, ha tenido lugar el Viernes Negro 2024 (y el lunes...)
y con ello, muchas compras ya adelantadas de cara al período
navideño. A este respecto, merece la pena recordar las advertencias de la
Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en torno a las ofertas
fraudulentas. Según este organismo,
solo el 30% de los productos vendidos con motivo del Viernes Negro 2024
estuvieron realmente de promoción. Además, un estudio del
Observatorio de Consumo en Internet relacionado con el comercio
electrónico y perteneciente al
Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, constató el
pasado año diversas acciones fraudulentas (algunas acabaron en sanciones).
Por ejemplo, aparecían ofertas con reclamos como "solo hoy" o "24 h" cuando
se mantuvieron por más tiempo. También se realizaron subidas de precio días
antes del período de rebajas para luego reducirlos de nuevo y presentarlos
como ofertados. En este sentido, se recuerda que
la normativa vigente recoge que las rebajas han de calcularse sobre el
precio más barato durante los treinta días precedentes.
Dejando acciones y promociones engañosas a parte,
la ropa fue y sigue siendo uno de los productos estrella, uno de los más consumidos por la población en general, según denotan las
estadísticas. Pero el impacto ambiental de este elevado consumo es negativo.
La ONU ya alertó en 2019 que la industria textil es la segunda más contaminante por detrás de la del
petróleo, por lo que un excesivo consumo de ropa no parece la opción más sana para
contribuir al one health.
Además, la Agencia Europea de Medio Ambiente, en 2023, recogió
datos que ponen en evidencia los efetos nefastos de esta industria y de la
conocida como moda rápida (fast fashion, modelo de negocio
caracterizado por la producción en masa de forma acelerada y a bajo
costo). Apuntó que
solo el 1% de la ropa que usamos se recicla en ropa nueva. En la
misma línea, en el artículo científico "Estrategias sostenibles para el
aprovechamiento de textiles provenientes de la moda rápida" (Martínez Fdez y Ortega Ramírez, 2013) en el que se habla entre otras cosas, de la necesidad de la economía
circular, se recoge también que la industria de la moda es responsable del 20% de las aguas residuales y el 10% de las emisiones
de carbono a nivel global, un dato nada desdeñable.
En este primer episodio del pódcast que estrenamos, "Por curiosidad, quede", hablamos del fondo de armario. Crear un fondo de armario personal con
prendas básicas de calidad permitirá hacernos con un vestuario duradero, una
base sobre la que conformar nuestros looks y lo que es más
importante: nos puede ayudar a comprar de forma consciente y responsable,
sabiendo lo que tenemos, lo que necesitamos y lo que no.
Créditos música:
Sintonía/Careta: A Jazz piano. Por Oleg Kyrylkovv. Pixabay.